Conseguir que los niños tengan una buena higiene bucal es todo un desafío. Por lo que muchas veces, esto representa un problema durante la niñez para los padres, madres y/o adultos responsables de un menor. Ya sea por temor a la aparición de caries o por querer que los dientes crezcan fuertes y saludables.
En el siguiente artículo, te brindaremos toda la información necesaria acerca de la salud bucal de los niños. Sus cuidados, hábitos y cepillado dental. Sumado a la importancia de la aplicación de flúor y por qué no, con cuánta frecuencia es recomendable visitar a un odontopediatra. ¿Te interesa? Pues, ¡sigue leyendo!
Primeros pasos para la correcta higiene bucodental de los más pequeños.
El cuidado dental comienza desde el nacimiento. Aunque el bebé no tenga dientes se debe limpiar una vez al día la cavidad bucal. Se recomienda aprovechar el momento del baño, utilizar un paño limpio, humedecido con agua o un dedal de silicona y así tratar encías, lengua, interior de las mejillas y paladar.
Ya cuando el niño o niña tiene la salida de su primer diente temporal o “de leche” (esto suele ocurrir a partir de los 6 meses de vida aproximadamente), es obligatorio comenzar la higiene bucodental 2 veces al día - mañana y, sobre todo, la noche. El cepillado dental en niños es efectivo sólo si es realizado por un adulto. No obstante, como es necesario que el bebé y/o niño adquieran el hábito, se recomienda que ellos jueguen durante un minuto al lavado dental y que sea el adulto quién realice la higiene durante otro minuto.
*IMPORTANTE: Los padres y/o cuidadores son responsables de la higiene y cuidado de la boca del menor hasta que tenga la habilidad motora y autosuficiencia para hacerlo. Eso suele ocurrir entre los 7 y 10 años. Luego, hasta la adolescencia, se recomienda la supervisión del adulto responsable, principalmente en el cepillado nocturno.
Dentífricos, cepillos dentales y enjuague bucal: todo lo que debes saber a la hora de elegir estos productos.
Para que el cuidado de la boca sea efectivo es necesario incorporar productos que contribuyan a la buena práctica de una higiene oral. Comenzando con el cepillado, existen diferentes tipos de cepillos con diferentes cerdas, tamaños y durezas. ¿Cuál debemos elegir? Partiendo de la premisa de que es de suma importancia no dañar las encías, es preferible un cepillo pequeño acorde a la edad y tamaño de la boca del niño, con cerdas blandas o suaves. La efectividad del cepillado pasará por cómo se utilice dentro de la boca no por la fuerza con la que las cerdas trabajen.
Breve guía de cepillado:
- Colocamos una pequeña cantidad de pasta dental en el cepillo, comenzamos partiendo imaginariamente la boca en 4 y empezaremos con la parte superior de la boca, lado 1 cara externa. Ponemos el cepillo perpendicular al diente, levemente inclinado hacia la encía. El movimiento se hará desde el último diente hasta las paletas, y desde la encía hacia abajo, no al revés ya que no queremos lastimar la encía. Se pasará diente por diente para luego repetir el lado 1 pero cara interna. Se repite el mismo procedimiento en las 4 partes de la boca, ambas caras - interna y externa.
- Para los molares se realiza un cepillado horizontal de adelante hacia atrás, desde el último molar al primero y en los molares superiores e inferiores.
- Por último, limpiaremos la lengua, se coloca el cepillo perpendicular a ella y se procede a cepillar realizando barridos de atrás hacia delante.
- Puede incluirse un enjuague general final con un poco de enjuague bucal para eliminar placa o suciedad que haya quedado por ahí.
- El cepillo debe mantenerse en buen estado y libre de suciedad. Es recomendable cambiarlo cada 2-3 meses, ya que es importante que las cerdas estén en condiciones.
En el párrafo anterior mencionamos el uso de pastas dentales y enjuagues bucales. Pero, ¿pueden los niños usarlas? La respuesta es sí, siempre y cuando sean productos que especifican ser aptos para niños y haya una supervisión de un adulto, ya que existe un riesgo de toxicidad en caso de un uso/ingesta excesiva.
El esmalte dental está formado por hidroxiapatita, un compuesto que proporciona dureza al diente. Las bacterias que tenemos en la cavidad bucal, metabolizan los carbohidratos de la dieta y producen ácidos por lo que la hidroxiapatita se disolverá debilitando al diente y formando la caries. Este proceso se puede prevenir y revertir en sus etapas tempranas utilizando compuestos que posean flúor en su composición.
Por vía tópica, el fluoruro se incorpora a la superficie del diente en el cepillado, uniéndose a la hidroxiapatita y produciendo un nuevo compuesto, la fluorapatita. La fluorapatita le confiere una mayor dureza y protección al esmalte dental ya que inhibe la acción de las bacterias y evita la desmineralización del diente sano, de hecho favorece a la remineralización.
En consecuencia, las pastas dentales y colutorios son productos necesarios en la higiene dental. Su uso está indicado por vía tópica, pero durante el cepillado, pero he aquí la importancia de la supervisión, se pueden producir ingestas accidentales de los mismos, sobre todo en niños y esto puede desencadenar diversas patologías, sobre todo cuando el diente está en proceso de desarrollo. La absorción del fluoruro tras la ingestión se produce por difusión pasiva en el tracto gastrointestinal. Una vez absorbido, éste se va a depositar en huesos y dientes en formación.
El efecto tóxico va a depender de la edad a la que se empiecen a usar estos productos, la cantidad utilizada e ingerida y la concentración de fluoruro en los mismos. Cuando estos factores se dan con frecuencia, puede producir una intoxicación crónica que puede desencadenar diversas patologías como la fluorosis dental, aumento de la densidad ósea, gastritis, entre otras. No obstante, este efecto tóxico puede evitarse respetando las cantidades de producto. Eligiendo pastas y colutorios aptos para niños y supervisando el cepillado.
A continuación te dejamos este pequeño resumen, para destacar en los cuidados dentales de un niño para que puedas acompañarlo en todo momento.
Para niños de entre 0 a 3 años: Utilizar una gasa, un dedal de silicona o un cepillo dental de lactantes con pasta dental de 1000 ppm (partes por millón) de ión flúor, en cantidad equivalente a un grano de arroz o una pequeña mancha.
A partir de los 3 años de edad, la cantidad de pasta dental con 1000 ppm de ión flúor, debe ser equivalente a un guisante o, para unificar mejor el criterio, a la anchura del cabezal del cepillo dental. La concentración de ión flúor de la pasta de dientes vendrá determinada en función del riesgo de caries del niño y será el odontopediatra quién lo recomendará a los padres o cuidadores.
A partir de los 6 años de edad, la cantidad de pasta dental con 1450 ppm de ión flúor, debe ser equivalente nuevamente, a un guisante o, para unificar mejor el criterio, a la anchura del cabezal del cepillo dental. La concentración de ión flúor de la pasta de dientes podrá incrementarse hasta 5000 ppm en función del riesgo de caries del niño (caries activas, hipomineralización incisivo-molar, etc...) y será el odontopediatra quién lo prescribirá a los padres o cuidadores.
¿Por qué es importante cuidar la salud dental de los niños?
Durante todo su crecimiento, los niños son propensos a todo tipo de enfermedades bucodentales, ya sea por la alimentación, factores genéticos o biológicos o por falta de cuidados. Muchas de ellas, pueden prevenirse. Por ejemplo, la más común y ya mencionada, caries dental.
Las caries, también conocidas como cavidades dentales, es la destrucción de los tejidos de los dientes causada por la presencia de ácidos producidos por las bacterias de la placa depositada en las superficies dentales. Hay diferentes tipos de caries, entre las más comunes se encuentran:
- Caries de corona: son las más comunes, se presentan tanto en niños como en adultos, y generalmente sobre las superficies de masticación o entre los dientes.
- Caries radicular: a medida que vamos creciendo las encías se retraen, dejando expuestas partes de la raíz del diente. Como las raíces no están recubiertas por esmalte, estas zonas expuestas pueden infectarse fácilmente.
- Caries recurrentes: sucede debido a que dichas zonas tienen tendencia a acumular placa, lo cual finalmente produce la formación de caries.
Ahora bien, cómo pueden detectarse, el odontólogo/odontopediatra es quien podrá saber con certeza si hay presencia de caries o no. La primera visita se recomienda a partir del primer año de edad. Y ya las consultas, repetirlas según lo indique el profesional dental. No obstante, suelen ser de 1 a 2 veces al año.
¿Cómo puedo ayudar a prevenir las caries?
- Con un correcto cepillado dental, cómo se mencionó antes, de por lo menos dos veces al día y enjuagues bucales aptos para niños.
- Acudir al odontopediatra. La atención preventiva es crucial para no tener problemas mayores a futuro.
- Llevar una dieta saludable con especial atención en los alimentos con almidones o azúcares.
- Utilizar productos dentales que contengan flúor, incluida la pasta de dientes
En conclusión, inculcar y garantizar en los más pequeños la higiene bucodental es fundamental para un crecimiento saludable. Les aporta autoestima y representa una gran oportunidad para construir vínculos beneficiosos para con ellos mismos y para con quién los cuida.
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Esperamos que este blog te haya resultado útil, ya no hay excusas para que tanto los niños como los adultos sonrían en todo momento. Cualquier consulta que tengas, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través de nuestro sitio web o redes sociales. En Dentaltix, siempre estaremos a tu disposición. ¡Hasta la próxima!