En la búsqueda de una sonrisa sana y libre de caries, la prevención ocupa un lugar destacado dentro de los cuidados dentales. Aunque las técnicas tradicionales, como el cepillado y el uso de hilo dental, son fundamentales, existen zonas en los dientes que resultan difíciles de limpiar por completo. Estas áreas, como las fosas y fisuras en las superficies masticatorias de los molares y premolares, son especialmente propensas a acumular restos de alimentos y bacterias, convirtiéndose en un foco de riesgo para el desarrollo de caries.
Afortunadamente, la odontología preventiva ofrece una solución efectiva para proteger estas superficies vulnerables: los selladores de fosas y fisuras. Este tratamiento, aunque sencillo y no invasivo, puede marcar una gran diferencia en la salud bucal, especialmente en poblaciones con mayor riesgo de caries. A lo largo de este artículo, exploraremos en profundidad qué son los selladores de fosas y fisuras, qué los hace efectivos, sus beneficios clave y también sus limitaciones. Además, abordaremos cómo y cuándo se deben aplicar, las técnicas empleadas para su colocación y la importancia del mantenimiento para garantizar su eficacia a largo plazo. ¡Descubre cómo los selladores pueden transformar la manera en que proteger la salud bucal!
¿Qué son los selladores de fosas y fisuras?
Los selladores de fosas y fisuras son un recurso fundamental en la odontología preventiva, diseñados para proteger los dientes de la aparición de caries en las áreas más propensas: las superficies oclusales de molares y premolares. Estas zonas tienen depresiones naturales llamadas fosas y fisuras, que son estrechas y profundas, dificultando la limpieza efectiva incluso con una correcta técnica de cepillado. Como resultado, tienden a acumular placa bacteriana y restos de alimentos, creando un entorno ideal para el desarrollo de caries.
El sellador actúa como una barrera física. Está compuesto generalmente por una resina plástica fluida que se adhiere al esmalte dental y se endurece después de su aplicación. Este recubrimiento rellena y sella las irregularidades de la superficie dental, dificultando el acceso de bacterias y facilitando la limpieza de los dientes. El procedimiento para colocarlo es rápido, no invasivo e indoloro, lo que lo convierte en una herramienta ideal, especialmente para los pacientes más jóvenes.
¿Cómo elegir el mejor sellador dental?
Hoy en día, existen múltiples opciones que permiten elegir el sellador de fosas y fisuras más adecuado para cada paciente. Sin embargo, no todos son iguales, y su éxito depende de ciertas características específicas. A continuación, se destacan las tres principales cualidades que hacen que un sellante sea verdaderamente efectivo:
- Formulación hidrofílica: Una de las mayores dificultades al aplicar un sellante es garantizar un ambiente seco en la boca, algo que puede ser especialmente complicado en pacientes pediátricos o en áreas de difícil acceso, como los molares posteriores. Los sellantes tradicionales, con propiedades hidrofóbicas, requieren un aislamiento absoluto de la humedad para adherirse correctamente al esmalte dental. Incluso una mínima contaminación por saliva o fluido crevicular puede comprometer la adhesión y llevar al fallo del sellante.
- Alta adhesión a la dentina: Un sellante no solo debe adherirse al esmalte dental, sino que también debe ofrecer una alta capacidad de adhesión a la dentina para garantizar una protección efectiva contra la caries. Esta adhesión es crucial, ya que evita problemas como la microfiltración, en la que las bacterias pueden infiltrarse y crecer debajo del sellante, causando caries ocultas.
- Propiedades fluorescentes: Otra innovación importante en los sellantes modernos es la incorporación de propiedades fluorescentes. A menudo, los sellantes tradicionales se endurecen con un color blanco o transparente, lo que dificulta su localización y evaluación durante los controles dentales regulares. Esto puede ser un desafío para los clínicos al intentar verificar la integridad del sellado o detectar posibles fallos.
Los avances en la ciencia dental han dado lugar a sellantes con propiedades hidrofílicas. Estos sellantes tienen la capacidad de interactuar favorablemente con la humedad presente en las fosas y fisuras del diente, eliminando la necesidad de un ambiente completamente seco. Este avance es especialmente útil en entornos clínicos donde la contaminación por saliva es casi inevitable, mejorando significativamente las tasas de retención del sellante.
La clave de un buen sellante es lograr un equilibrio entre una capa lo suficientemente delgada para cubrir las fosas y fisuras sin afectar la oclusión, pero lo suficientemente fuerte como para resistir las fuerzas masticatorias. Además, los sellantes de alta adhesión mejoran la retención marginal, asegurando que el material permanezca en su lugar durante más tiempo y minimizando la posibilidad de fallos tempranos.
Los sellantes fluorescentes solucionan este problema al brillar bajo una luz negra, facilitando la inspección visual y permitiendo que el clínico evalúe de manera precisa si el sellante se mantiene en buen estado o si requiere ajustes. Esta característica no solo simplifica el seguimiento, sino que también asegura que el paciente continúe protegido contra la caries a largo plazo.
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Beneficios clave de los selladores de fosas y fisuras
Los sellantes de fosas y fisuras representan uno de los avances más significativos en la odontología preventiva. Al actuar como una barrera física que protege las áreas más vulnerables de los dientes contra el ataque bacteriano, sus beneficios son diversos y sustanciales. A continuación, se analizan sus ventajas clave:
- Protección eficaz contra las caries: El beneficio más importante de los selladores es su capacidad para prevenir la aparición de caries en las superficies oclusales de los molares y premolares. Estas áreas son particularmente susceptibles debido a la acumulación de placa en las fosas y fisuras profundas, que a menudo no se alcanza con el cepillado dental. Al sellar estas zonas, los selladores reducen significativamente el riesgo de caries al impedir que las bacterias y restos de alimentos se adhieran o penetren.
- Prevención durante los años críticos: Los selladores son especialmente beneficiosos en niños y adolescentes, cuyas piezas dentales permanentes son más vulnerables justo después de erupcionar. La aplicación de selladores en los molares recién erupcionados puede marcar una diferencia significativa en la salud dental a largo plazo, protegiendo los dientes durante una etapa crucial de desarrollo.
- Procedimiento no invasivo: La aplicación de un sellador es completamente indolora, no requiere anestesia ni implica la eliminación de tejido dental. Esto lo convierte en una opción ideal para pacientes que temen procedimientos dentales invasivos o que tienen ansiedad en el sillón del dentista, como ocurre frecuentemente en niños.
- Rentabilidad a largo plazo: Aunque la colocación inicial de selladores puede implicar un costo, es una inversión que previene tratamientos más complejos y costosos en el futuro, como empastes, coronas o tratamientos de conductos. Desde el punto de vista económico, los selladores representan una solución preventiva muy efectiva.
- Mejora de la higiene bucal: Al suavizar las superficies oclusales, los selladores hacen que los dientes sean más fáciles de limpiar. Esto reduce la acumulación de placa y facilita el mantenimiento de una buena higiene oral, especialmente en pacientes con dificultades para cepillarse de manera efectiva.
- Uso versátil: Si bien se asocian comúnmente con niños y adolescentes, los selladores también pueden beneficiar a adultos con riesgo elevado de caries o que presentan fosas y fisuras especialmente profundas en sus dientes.
Limitaciones de los selladores de fosas y fisuras
A pesar de sus numerosos beneficios, los selladores dentales no están exentos de limitaciones. Entender estas restricciones permite que los clínicos y pacientes manejen expectativas realistas y optimicen su uso. A continuación, se detallan las principales limitaciones:
- Duración limitada y necesidad de mantenimiento: Los selladores no son permanentes. Aunque pueden durar varios años, están sujetos al desgaste por las fuerzas masticatorias, la abrasión y el paso del tiempo. Esto significa que los pacientes deben acudir regularmente a revisiones dentales para evaluar la integridad del sellador y, si es necesario, realizar retoques o reaplicaciones.
- Dependencia de la técnica de aplicación: El éxito de los selladores depende en gran medida de una aplicación precisa. El diente debe ser limpiado y preparado adecuadamente, y es fundamental evitar la contaminación por humedad durante el procedimiento. Una técnica deficiente puede resultar en una adherencia inadecuada y aumentar el riesgo de fallo del sellador.
- No son una solución universal: Aunque los selladores son eficaces para prevenir caries en superficies oclusales, no protegen otras áreas del diente, como las superficies interproximales o cervicales. Por lo tanto, deben considerarse como una parte de un enfoque integral de cuidado bucal, que incluya el cepillado regular, el uso de hilo dental y visitas periódicas al dentista.
- Ineficacia en dientes con caries preexistentes: Los selladores son una medida preventiva, no curativa. No pueden reparar ni detener la progresión de caries preexistentes. Si el diente presenta caries activa o esmalte comprometido, el clínico debe tratar estas afecciones antes de aplicar el sellador.
- Riesgo de microfiltración: Si el sellador no cubre completamente las fosas y fisuras o si se despega parcialmente, puede haber microfiltración. Esto permite que las bacterias y restos de alimentos se acumulen debajo del sellador, lo que podría dar lugar a caries ocultas.
- Limitaciones en ciertas poblaciones: En pacientes con dientes extremadamente desgastados, oclusión apretada o problemas de alineación dental, puede ser difícil lograr una aplicación adecuada del sellador. Asimismo, en niños pequeños o pacientes con poca cooperación, las condiciones clínicas pueden dificultar su colocación.
Aplicación de los selladores de fosas y fisuras
La colocación de selladores de fosas y fisuras es un procedimiento relativamente sencillo y no invasivo, pero que requiere precisión y cuidado para garantizar su eficacia a largo plazo. En esta sección, abordaremos los aspectos esenciales de la aplicación de selladores dentales.
¿Cuándo es recomendable usar selladores de fosas y fisuras?
La aplicación de selladores dentales es una de las estrategias preventivas más efectivas, pero no todas las personas requieren este tratamiento. Son más efectivos cuando se aplican en las situaciones adecuadas y en los pacientes con mayor riesgo de desarrollar caries. A continuación, te explicamos los momentos en los que los sellantes de fosas y fisuras son más recomendables:
- En niños y adolescentes: Los niños y adolescentes, especialmente durante la erupción de los molares permanentes, son los candidatos ideales para recibir selladores. A medida que los dientes nuevos emergen, sus fosas y fisuras son profundas y difíciles de limpiar, lo que aumenta el riesgo de caries. Colocar selladores tan pronto como los dientes se erupcionan puede proteger estas zonas vulnerables durante los años críticos de desarrollo dental.
- En adultos con dientes susceptibles: Aunque los selladores se utilizan con mayor frecuencia en niños, los adultos también pueden beneficiarse de ellos, especialmente aquellos que tienen dientes con fisuras profundas o que están en riesgo elevado de caries. Esto incluye personas con antecedentes de caries, mala higiene bucal o aquellos que tienen dificultad para mantener una adecuada limpieza dental debido a condiciones como la artritis o problemas de motricidad fina.
- Dientes recién erupcionados: Una vez que los molares o premolares han emergido completamente, pero antes de que se produzca un desgaste significativo en las fosas y fisuras, es el momento ideal para aplicar los selladores. Esto maximiza la protección preventiva antes de que las bacterias tengan oportunidad de infiltrarse.
- En pacientes con un alto riesgo de caries: Los selladores también son recomendables para aquellos que tienen un alto riesgo de desarrollar caries debido a factores como una dieta alta en azúcares, un historial de caries frecuente o una higiene dental insuficiente. En estos casos, los selladores actúan como una barrera adicional que reduce la probabilidad de daño dental.
Técnica de aplicación de los selladores dentales
El procedimiento para aplicar los selladores de fosas y fisuras es rápido y no invasivo, pero requiere una técnica precisa para garantizar su éxito.
- Aislamiento del campo operatorio: El primer paso en la aplicación de un sellador es el aislamiento adecuado del campo operatorio para garantizar que la superficie del diente permanezca seca durante todo el procedimiento. Existen dos grandes métodos de aislamiento:
- Aislamiento absoluto: Se realiza con la colocación de un dique de goma sujeto con una grapa. Este método asegura que el área esté completamente aislada de la humedad y de la saliva, lo que mejora la retención del sellante.
- Aislamiento relativo: Se logra mediante el uso de rollos de algodón que aíslan parcialmente el área a tratar. Aunque este método es más sencillo y rápido, requiere una mayor destreza para evitar que el diente se contamine con saliva.
- Limpieza de la superficie oclusal: Una vez que el campo está aislado, el siguiente paso es limpiar la superficie oclusal del molar o premolar que se va a sellar. La limpieza es fundamental para eliminar restos de placa bacteriana y otros residuos que podrían impedir una correcta adhesión del sellante.
- Lavado y secado con jeringa de aire seco: Una vez que la superficie se ha limpiado, se debe proceder a lavar y secar la zona. El lavado se realiza utilizando una jeringa de aire seco, lo que permite eliminar cualquier resto de pasta o residuos de la limpieza. Es fundamental que la superficie quede completamente seca, ya que la humedad puede afectar la aplicación del ácido grabador y, por ende, la adhesión del sellante.
- Aplicación del ácido: El siguiente paso es la aplicación del ácido ortofosfórico, que se utiliza para grabar la superficie del esmalte y facilitar la adhesión del sellante. El ácido más comúnmente utilizado tiene una concentración del 37% y puede aplicarse en forma de gel o solución, siendo el gel más fácil de manejar.
- Si se usa aislamiento relativo, se deben colocar los rollos de algodón antes de aplicar el ácido para evitar que se contamine el diente con saliva.
- El ácido se debe dejar actuar durante 30 segundos en la superficie del esmalte, asegurándose de que cubra completamente las fosas y fisuras del diente.
- Lavado del ácido y secado: Después del tiempo de grabado, es necesario lavar el ácido para eliminarlo completamente. Se debe utilizar un spray de agua durante 10 a 15 segundos para enjuagar bien la zona. Si se ha utilizado aislamiento relativo, se deben cambiar los rollos de algodón en este momento, siempre con mucho cuidado de no contaminar la superficie grabada con saliva.
- Aplicación del sellador en todos los surcos y fisuras: Una vez que el esmalte ha sido grabado, se debe aplicar el sellante en todas las fisuras y surcos de la superficie oclusal. Es fundamental que el sellante se distribuya de manera uniforme en todas las áreas, incluidos los surcos principales y accesorios, así como las áreas vestibulares y palatinas, dependiendo de la anatomía del diente.
- Fotopolimerización: Después de aplicar el sellante, es necesario polimerizarlo para que se endurezca y adhiera firmemente a la superficie dental. Para ello, se utiliza una lámpara de luz halógena, que emite luz de alta intensidad durante 30 segundos. Es importante que tanto el paciente como el profesional usen gafas protectoras durante este paso para evitar daños en los ojos por la luz intensa.
- Evaluación del sellador: Una vez que el sellante se ha polimerizado, es fundamental realizar una evaluación para asegurarse de que se haya aplicado correctamente. Se utiliza una sonda de exploración para comprobar que el sellante está bien adherido y que no hay zonas con déficit de material, burbujas de aire ni sobre-elevaciones superficiales. Si alguna de estas condiciones no se corrige, el sellante podría fallar y no cumplir su función de protección contra las caries.
- Retirar el aislamiento y comprobar la oclusión: Finalmente, se procede a retirar el aislamiento (diques de goma o rollos de algodón) y se evalúa la oclusión del paciente. Para esto, se utiliza papel articular y pinza Miller para verificar que no haya interferencias en la mordida. En caso de que se detecten problemas de oclusión, se retira el material sobrante de sellante con una fresa redonda de baja revolución o una fresa tipo Arkansas en contraángulo.
Es fundamental que el campo operatorio permanezca seco, ya que cualquier presencia de humedad podría comprometer la adhesión del sellante. Además, se debe colocar gafas protectoras al paciente para evitar que cualquier sustancia o material que se utilice durante el procedimiento entre en contacto con sus ojos.
Para esto, se puede usar un cepillo de profilaxis a baja revolución o un aparato de bicarbonato-fosfato. Es importante no utilizar pasta de profilaxis, ya que contiene componentes que pueden disminuir la humectabilidad del esmalte dental, lo que afecta negativamente el grabado ácido posterior. Además, se debe evitar el uso de pasta con flúor, ya que podría interferir en la adhesión del sellante.
Una vez enjuagado el ácido, se procede a secar el diente con aire seco durante 30 segundos. La superficie grabada debe adquirir un color blanco tiza, lo que indica que el grabado se ha realizado correctamente y que el esmalte está listo para recibir el sellante.
Durante la aplicación, se debe evitar que se formen burbujas de aire debajo del sellante, lo que podría comprometer la calidad del sellado. Para esto, se puede usar una sonda para extender el sellante y asegurarse de que recorra completamente los surcos. El objetivo es que el sellante quede perfectamente plano y nivelado, sin crear un relieve que pueda interferir con la mordida del paciente. Además, el sellante no debe sobresalir de los límites de la superficie dental, ya que esto podría formar un reservorio donde se acumularían bacterias.
Mantenimiento y educación al paciente
Aunque los selladores dentales son una solución efectiva para prevenir las caries, requieren seguimiento y cuidados adecuados para garantizar su efectividad a largo plazo. Aquí se detallan algunas recomendaciones sobre su mantenimiento y la educación que se debe proporcionar al paciente:
- Revisión periódica: Es fundamental que los pacientes acudan a controles regulares con su dentista para que se evalúe el estado de los selladores. Aunque estos pueden durar varios años, pueden desgastarse o desprenderse parcialmente, por lo que es importante revisar su integridad en cada visita. Si se detecta algún daño o pérdida de material, el sellador debe ser reaplicado para mantener la protección.
- Educación sobre higiene oral: Aunque los selladores ayudan a prevenir las caries, no reemplazan las buenas prácticas de higiene bucal. Los pacientes deben ser educados sobre la importancia de seguir una rutina de cepillado adecuada, que incluya el uso de un cepillo de dientes adecuado y el hilo dental para limpiar las áreas interproximales que los selladores no cubren. También es importante que los pacientes mantengan una dieta saludable y eviten el consumo excesivo de azúcares.
- Cuidados post-aplicación: Es útil informar a los pacientes sobre las expectativas inmediatas tras la aplicación del sellante. Aunque el proceso es rápido y no doloroso, es recomendable evitar el consumo de alimentos duros o pegajosos durante las primeras 24 horas para permitir que el sellante se cure completamente y se adhiera adecuadamente.
- Evaluación del sellante fluorescente: Si se utiliza un sellante con propiedades fluorescentes, el dentista puede recomendar el uso de una lámpara especial durante los chequeos para evaluar fácilmente la integridad del sellante. Esto permite una detección temprana de posibles fallos en el sellado, incluso antes de que sean visibles a simple vista.
Los selladores de fosas y fisuras son una herramienta clave en la prevención de caries, especialmente en los dientes posteriores, donde las fisuras y surcos profundos ofrecen un refugio ideal para las bacterias. A lo largo de este artículo hemos explorado no solo qué son y cómo funcionan estos selladores, sino también las diferentes opciones y características que los hacen efectivos, como su formulación hidrofílica, la alta adhesión a la dentina y las propiedades fluorescentes que facilitan su seguimiento.
Sin embargo, como cualquier tratamiento dental, los selladores también tienen sus limitaciones, y es importante comprender que, aunque son altamente efectivos en la prevención de caries, no sustituyen el cepillado adecuado y la higiene bucal. Además, el éxito de un sellante depende en gran medida de la correcta aplicación y del mantenimiento adecuado, lo que subraya la importancia de un aislamiento riguroso, una limpieza detallada y un control minucioso durante todo el proceso.
La aplicación de selladores, cuando se realiza con una técnica adecuada y siguiendo cada paso con precisión, ofrece una solución preventiva que puede evitar la necesidad de tratamientos más invasivos en el futuro. Los avances tecnológicos y la evolución en los materiales han permitido que los sellantes sean más eficientes y fáciles de aplicar, mejorando significativamente los resultados y la satisfacción del paciente.
En conclusión, los selladores dentales representan una de las formas más efectivas y accesibles de proteger los dientes de los niños y adultos contra las caries, siempre y cuando se apliquen correctamente y se mantenga un seguimiento adecuado. La prevención es el primer paso hacia una salud dental óptima, y el uso de sellantes es una estrategia fundamental para alcanzar ese objetivo.
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