La anestesia es una técnica imprescindible que se utiliza a diario en todas las clínicas dentales. Las agujas y jeringas de anestesia, son uno de los instrumentos dentales más empleados en odontología. ¿Por qué? Porque evitan que el paciente sienta molestias durante el tratamiento dental y permite llevar a cabo procedimientos que sin ella serían imposibles.
La anestesia tiene como objetivo eliminar la sensibilidad de una zona concreta, en este caso, la boca. Adormece el diente y las encías para que el tratamiento dental se lleve a cabo de manera indolora y cómoda. Para ello, la anestesia puede aplicarse con distintos tipos de instrumental y de distinta forma.
Debido a la gran importancia de estos instrumentos y a la necesidad de conocerlos a fondo, hoy te traemos un post donde te contamos todo lo que necesitas saber sobre agujas y jeringas de anestesia y ¡te ayudamos a elegir las que mejor se adapten a cada situación clínica! Quédate leyendo porque… ¡Comenzamos!
La anestesia más utilizada en el sector dental:
Hoy en día existen diferentes tipos de anestesia. Optar por un método u otro depende del tipo de tratamiento dental que requiera cada paciente. En odontología, la anestesia local es la técnica más utilizada para eliminar la sensibilidad bucal puesto que se puede aplicar en cualquier tratamiento de la boca que genere molestias o dolor. Es ideal para intervenciones como: las endodoncias, los empastes, las extracciones o los implantes. Pero esto no es todo, aunque no sea lo habitual, el profesional también puede utilizar la anestesia local para un tratamiento de higiene dental con mucho sarro dental subgingival y mucha placa.
Distinguimos 2 tipos de anestesia local:
- Con vasoconstrictor: Se añade vasoconstrictor al anestésico local con el fin de suministrar una anestesia más profunda y una hemostasis en la zona de tratamiento, lo que es especialmente útil para numerosos procedimientos odontológicos. Además el vasoconstrictor ayuda a prevenir reacciones tóxicas de los fármacos anestésicos, disminuir su concentración plasmática y prolongar su acción. Los vasoconstrictores más comunes que se utilizan son la adrenalina y felipresina. Se debe tener precauciones con su uso en pacientes hipertensos, con enfermedad coronaria, hipertiroideos y por sus efectos metabólicos, en pacientes diabéticos.
- Sin vasoconstrictor: Se utiliza en tratamientos cortos o en pacientes en los cuales no se puede aplicar vasoconstrictor por sus posibles efectos adversos.
Tipos anestesia en la clínica dental:
Los tipos de anestesia dental se clasifican en:
- Anestesia tópica: Se aplica en forma de gel o spray. Se caracteriza por ser un método cómodo y menos molesto. Sin embargo, la duración del efecto es menor y es sólo superficial.
- Anestesia infiltrativa: Es la técnica anestésica más utilizada en odontología, también se llama periapical o supraperióstica. Se basa en la inyección entre la mucosa y el periostio a nivel del ápice de manera que la anestesia llegue alrededor de las terminaciones nerviosas atravesando el periostio y la cortical externa del hueso.
- Anestesia trocular: Consiste en la infiltración de un anestésico local en la proximidad de un tronco nervioso para anestesiar todo su territorio. También se llama locoregional o por bloqueo nervioso. Existen diversas técnicas para el maxilar superior e inferior, algunas de ellas son la técnica de Spix o intrabucal, la técnica cutánea o extrabucal, la técnica de gow-Gates, la técnica de Carrea, etc.
- Anestesia intrapulpar: Es una técnica que se utiliza en los casos de pulpitis aguda cuando no se consigue la anestesia con otras técnicas y consiste en la inyección de anestesia dentro del espacio pulpar. Su aplicación es dolorosa, se recomienda explicar al paciente.
- Anestesia intraligamentosa: Es una técnica anestésica que se aplica con una aguja muy fina y es útil para todo tipo de intervenciones menores sobre dientes unitarios. También se utiliza como técnica complementaria cuando no se consigue la anestesia completa con otra técnica.
- Anestesia intrapapilar: Se utiliza como técnica complementaria para obtener una anestesia más profunda o por la existencia de inervación accesoria.
Técnicas de anestesia:
Una vez que tienes claro el tipo de anestesia que mejor se adapta al pertinente tratamiento, es hora de tener en cuenta una serie de aspectos:
- Desinfección.
- Elección de la aguja.
- Penetración de la barrera mucosa.
- Aspiración.
- Introducción de la aguja.
- Inyección del anestésico.
- Volumen de la solución anestésica.
- Temperatura del anestésico.
- Velocidad de la inyección.
- Tiempo de espera.
- Recomendaciones posteriores.
¿Cómo elegir una jeringa para anestesia dental?
El uso de las jeringas para administrar la anestesia es fundamental en odontología. Las jeringas de anestesia son el vehículo que transporta el tubo anestésico y la aguja para efectuar la infiltración anestésica. Actualmente, las más empleadas en las clínicas dentales son las metálicas reutilizables. Éstas se componen de 4 partes:
- Cuerpo: es la forma hueca y cilíndrica en cuyo interior se coloca el tubo anestésico.
- Punta enroscada: se ubica en la parte interior y en ella se inserta la aguja. Ello permite que se una al extremo del cuerpo de la jeringa de manera segura y firme.
- Pistón o embolo: tiene un diseño especial que le posibilita engancharse a la tapa de goma del tubo.
- Zona de sujeción: se encuentra en el otro extremo de la jeringa. Puede ser en forma de T o de anillo. En este zona se apoyan los dedos y se empuja el pistón.
Tipos de jeringas de anestesia dental
Jeringas aspirativas metálicas de carga posterior de cartucho:
Ultracalm plus jeringa anestesia - Clarben
Son las más utilizadas en odontología. Las ventajas que presentan es que su cartucho es visible, la aspiración se puede realizar con una mano. Además, son esterilizables en autoclave y resistentes a la corrosión. Sin embargo, son más pesadas que otras y su tamaño es demasiado grande para ciertas personas.
Jeringas aspirativas de plástico de carga posterior, de cartucho:
No presentan un aspecto típico clínico, son muy ligeras, el cartucho es visible y permite al odontólogo aspirar con una mano. Además, son resistentes a la corrosión, por lo que presentan una larga duración y son más baratas. La principal desventaja es que se pueden deteriorar más fácilmente debido a la esterilización.
Jeringas autoaspirativas metálicas de carga posterior:
Jeringa Aspiject - Ronvig
Este tipo está destinado para una aspiración importante de más del 10-15%. Como en los modelos anteriores, su cartucho también es visible, son muy fáciles de aspirar y se pueden esterilizar en autoclave. Además, su resistencia a la corrosión es de larga duración y contienen el pistón graduado. El mayor inconveniente es su gran peso que aporta una mayor “inseguridad” al odontólogo.
Jeringas de presión:
Este tipo de jeringas aporta una buena anestesia en la encía, acompañado de una ventaja mecánica, lo cual aporta al profesional dental una aplicación muy rápida y fácil. Los cartuchos están protegidos por la jeringa y el odontólogo puede dosificar la dosis aplicada. Además, este tipo de jeringas vence la resistencia tisular.
Jeringas desechables:
Este tipo de jeringas son de un solo uso, muy ligeras, estériles y más baratas que los tipos anteriores. No aceptan cartuchos, son más difíciles de manejar, la aspiración es dificultosa y no están indicadas para anestesia dental. En odontología, son utilizadas ampliamente en irrigación endodóntica. La mejor opción para anestesia dental, son las jeringas mencionadas anteriormente.
Aspectos a tener en cuenta de las jeringas odontológicas
Una vez aclarados los tipos de jeringas odontológicas más utilizados en el sector dental, es necesario aclarar una serie de aspectos que es imprescindible tener en cuenta para acertar en tu elección:
- Es importante que sean duraderas y capaz de soportar repetidos procesos de esterilización sin deteriorarse.
- Sería ideal que sean capaces de aceptar una amplia gama de cartuchos y agujas de diferentes fabricantes y, además, permitir su uso repetido.
- Fijarse en si son sencillas de usar con una sola mano y livianas.
- Deben proporcionar una aspiración eficaz y estar diseñadas de tal forma que se pueda observar fácilmente la sangre del cartucho.
Definitivamente, las jeringas más recomendadas para la práctica odontológica son las jeringas aspirativas porque, como ya hemos visto, la aspiración se realiza con una mano reduciendo así el esfuerzo y mejorando la manipulación. Además, en cuanto a la aspiración, se recomienda realizarla antes de inyectar el anestésico a aspirar y repetirla cada 0,25-0,50 ml.
¿Con qué aguja me quedo?
Una vez que te hemos contado todo lo necesario sobre las jeringas dentales, le toca el turno a las agujas para anestesia. Se introdujeron en el mercado en el año 1853. Desde entonces, se han hecho fuertes, finas, estériles, flexibles e indicadas para un solo uso por intervención y paciente. Además, vienen en envases de plástico estériles y se reduce así el riesgo de infección cruzada.
Las agujas odontológicas son los instrumentos encargados de llevar el anestésico del cartucho al tejido. Actualmente, los materiales de las agujas que más se utilizan son las aleaciones de metales básicos como el cromo, níquel o cobalto que son resistentes a la corrosión y al calor. En cuanto a las partes en que se divide una aguja, se distinguen las siguientes:
- Bisel: ayuda a la penetración al estar angulado y disminuye la intensidad del dolor. Puede ser largo, medio o corto. El diámetro interno más común suele ser de 0.2mm y el externo es 0.4mm.
- Eje: se refiere al largo de la aguja. Comienza en el bisel y termina en la parte que penetra al cartucho.
- Conector: es donde se ajusta la aguja. Puede ser de metal o de plástico.
- Adaptador de la jeringa: se trata de la parte final del conector y es roscado.
- Calibre: es el diámetro interno del lumen de la aguja. Es importante para la aspiración y para la cantidad de anestésico a infiltrar.
Recomendamos:
Tipos de agujas dentales
En cuanto a los tipos de agujas para anestesia, se distinguen diferentes tipos en base al calibre y a la longitud. El calibre se expresa en mm con la letra G. Van desde los calibres de 25G a los de 30G. Los más comunes son las de 25G, 27G y 30G.
Cuanto menor es el calibre de la aguja, mayor flexión se aporta y, por lo tanto, proporciona una aspiración mucho menor al odontólogo. Por el contrario, a mayor calibre, mayor precisión aportará disminuyendo así las posibilidades de rotura. Además, al ser más fina la aguja, más lenta será la aspiración.
Por otro lado, la longitud de las agujas también sirve para diferenciar unas de otras. Pueden ser desde cortas (10 mm) hasta largas (32 mm).
Tips para el cuidado y manipulación de las agujas para anestesia
Ahora que ya tienes claros todos los tipos de agujas para anestesia que existen, ¡te develamos una serie de consejos sobre su cuidado y manipulación!
- Las agujas no se deben usar en más de un paciente.
- Se deben cambiar después de varias penetraciones tisulares.
- Es importante que se transporten con su funda protectora.
- Para evitar accidentes, nunca debe perderse de vista la punta de la aguja.
- Es importante no forzar una aguja contra una resistencia.
- Deben depositarse en contenedores de punzantes.
- A la hora de introducir la aguja en los contenedores específicos, debe ir cubierta o, si hay más de una, es necesario almacenarlas en algún envase que permita transportarlas sin riesgo.
Los accidentes más comunes con las agujas dentales
No podíamos terminar este post sin mencionar algunos de los accidentes más usuales que se producen con las agujas dentales:
- Rotura de la aguja por inserción inadecuada y movimientos bruscos del paciente.
- Punto más fácil la unión plástico-aguja.
- Posible defecto de fabricación.
- Longitud de la caña para identificar el fragmento roto.
- Anestesia del nervio dentario inferior.
- Pinchazo accidental del paciente.
- Pinchazo accidental del profesional, al reencapuchar la aguja. Es el más frecuente. Se recomienda no encapuchar en el aire.
Hasta aquí el post de hoy sobre las agujas y jeringas para anestesia. Como has podido ver es un tema arduo en el que es necesario tener en cuenta bastantes factores y, sobre todo, la situación clínica, antes de elegir unas u otras. Esperamos haber resuelto todas tus dudas y, si te surge alguna otra, ¡no dudes en escribirnos! Te ayudaremos encantados.
Y recuerda es importante tener en cuenta estos consejos porque… ¡Prevenir es curar!
¡Hasta la próxima!